Encinas y alcornoques dan el relevo a robles y castaños.
Una fresquita mañana castellana.
En Salamanca, los cielos despejados que hemos venido disfrutando, dan paso a negros nubarrones. Empieza a llover, por lo que decidimos dejar el resto de la ruta para mejor ocasión.
Como de costumbre me tengo que poner el babero para ojear vuestro blog. Me gustaría haberos acompañado
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